El interior de la Riviera de Opatija, en Croacia, está salpicada de villas (construidas en un siglo y medio). Su parte frontal superior revela nada más que entradas a partir de las cuales sólo podemos imaginar su amplitud. Su escala y relación con la bahía son totalmente dependientes de la pendiente frente al mar.
Aunque la casa Nido y Cueva permanece tipológica y morfológicamente fiel al espacio circundante en su conjunto, desarrolla su lado “oculto” a través de la dialéctica de la dominación y la subordinación a lo largo del paisaje. Así, la casa y el lugar que ésta produce no se estructuran únicamente por la ladera sobre la que se construye (como ocurre en la mayoría de las villas en Opatija). En lugar de ello, se construye activamente el paisaje y se entrelaza con la casa, estableciendo el nivel del suelo (horizontal) y colocando en él un objeto superior que se cierne sobre un nivel desplazado.