Turning the Place Over es la intervención arquitectónica más radical del artista Richard Wilson, la cual es el encargo artístico más atrevido que ha hecho nunca el Reino Unido. Se trata de darle la vuelta, literalmente, a un edificio del centro de la ciudad de Liverpool. Consiste en un ovoide de 8 metros de diámetro cortado en la fachada de un edificio que oscila tridimensionalmente. La fachada está soportada por un rotor gigante normalmente utilizado en fábricas navales y nucleares, y actúa como una enorme ventana que se abre y se cierra, dejando entrever el interior del edificio durante su ciclo constante durante las horas del día.